Todos los políticos son iguales

Por Carlos Ochoa

Una peligrosa frase que he escuchado dentro de un transporte público, y digo que es peligrosa porque aquella es el vívido reflejo de la apatía y desentendimiento de la política por parte de algunos ciudadanos, quienes ven a los políticos como una especie de ser totalmente carente de rasgos y sentimientos humanos, como si no fuesen personas de carne y hueso (con falencias y virtudes, en mayor o menor medida), por esa razón los candidatos de esta última campaña electoral se han preocupado en presentarse como personas más “humanas”, menos políticas y con una mayor tendencia a mostrarse inclusivos, capaces y empáticos (e incluso virtuosos, en algunos curiosos casos), rasgos que son deseables en un servidor público.

Es entendible que muchos votantes conscientes deseen dar su voto al mejor candidato posible, el escrutinio de la opinión pública ha sido bastante minucioso, muchos hemos identificado a los candidatos y Partidos Políticos que se han ganado nuestro voto, también hemos identificado a los Partidos y candidatos que se han merecido nuestro repudio, por sus acciones pasadas, cuestionables conexiones y lamentables actuaciones en nuestra política local.  Pero me temo que muchos ciudadanos piensan (y razón no les falta) que muchos de los candidatos quieren llegar al Poder para obtener beneficios, que van más allá de los económicos,

Por ello muchos creen que la mejor forma de mostrar su desprecio hacia aquella clase de “políticos” es viciar su voto o dejarlo en blanco, en abierta señal de protesta ciudadana, sin embargo mi opinión personal es, que la mejor manera para demostrarles a esos “políticos” es emitir un voto reflexivo, pensado, para que lleguen al Poder quienes realmente van a implementar las tan esperadas (y postergadas) reformas en materia política y judicial, revisar los 54 Decretos de Urgencia dados el presidente Vizcarra.

Sé que muchos (me incluyo) quieren que se lleven a cabo mayores cambios y reformas, sin embargo creo que lo mejor es que el nuevo Congreso limpie su imagen con los verdaderos políticos, con aquellas personas que al igual que muchos ciudadanos quieran un cambio y trabajen para ello, dejando de lado ambiciones personales, no todos los políticos son iguales, debemos aprender que el Poder que reciben los Congresistas y hasta el Presidente de la República es un Poder prestado, un Poder que originalmente le pertenece a sus detentadores originales: nosotros, los ciudadanos.